La experiencia acumulada en el trabajo es importante, pero sólo hasta cierto punto. Como ocurre con el Coeficiente de Inteligencia, la mayor parte de las ocupaciones requieren una cierta experiencia, que a menudo se traduce en un número determinado de años en la profesión, para llegar a un nivel de conocimiento o destreza o habilidad. Pero una vez obtenida esta experiencia, no existe casi correlación entre años de experiencia y éxito profesional. Por ejemplo, para convertirse en un programador consolidado se necesitan unos tres años de experiencia, mientras que son necesarios unos seis años para consolidarse como cirujano. Pero una vez alcanzado este umbral, la eficacia y el éxito profesional dejan de estar relacionados con los años de trabajo. Resulta mucho más importante lo que la persona ha extraído de la experiencia que ha vivido. Hay personas que tras 25 años de experiencia hacen lo mismo, y de igual manera, día tras día. Otros, con la cuarta parte de la experiencia de los anteriores, reflexionan y aprenden a diario de lo que hacen bien y de lo que deben corregir. Éstos últimos suelen manifestar un grado mucho mayor de inteligencia emocional.
Hay quienes creen que la inteligencia emocional no se puede enseñar: o la tenemos o no. No obstante, el sistema del Eneagrama puede ayudarnos a desarrollar esta capacidad ya que arroja luz sobre nuestros patrones de pensamiento, emocionalidad y comportamiento, y nos ayuda a hacernos más conscientes y responsables de nuestras reacciones, y nos muestra que lo demás estilos, aunque diferentes al nuestro, son igualmente maneras válidas de interpretar el mundo. Esto último, aunque cognitivamente parece obvio, es una de las “insights” más habituales en los grupos que trabajan con el Eneagrama: la manera de ver la vida que tiene el otro, y sus reacciones, también tienen sentido y justificación.
Y, lo que es más importante, el Eneagrama es un sistema muy centrado en el desarrollo de la persona y ofrece o sugiere actividades de desarrollo específicas que se adaptan a nuestro estilo particular y que nos permiten mejorar nuestra inteligencia emocional, así como desarrollar habilidades específicas en áreas como la comunicación, el feedback, la más fácil resolución de conflictos, el trabajo en equipo, la toma de decisiones, el pensamiento estratégico y el liderazgo.
Como se trata de una herramienta sin especificidad cultural y muy precisa, y además con muchas aplicaciones aplicables al mundo laboral, se está utilizando actualmente en organizaciones en todo el mundo para ayudar a sus trabajadores y directivos en las anteriores áreas y en otras como la mejor gestión de uno mismo, poder ofrecer coaching a otros trabajadores y otras aplicaciones. Fundamentalmente, ayuda a desarrollar una mayor conciencia personal y a aceptar la responsabilidad por nuestras acciones y omisiones. Esto supone un gigantesco cambio con respecto al patrón habitual de culpar y responsabilizar a los demás por los problemas y dificultades que uno tiene. En lugar de esto ayuda a instaurar un patrón de personas que aceptan su responsabilidad por las consecuencias de sus actos (acciones). Esto permite que los trabajadores pasen a ser actores en sus entornos y no simplemente receptores pasivos de lo que ocurre.
Por otro lado, el Eneagrama ofrece rutas específicas y actividades de desarrollo para cada estilo de personalidad, de manera que el tiempo y los recursos invertidos en desarrollo se dedican de manera más eficiente y eficaz, y los resultados son más claros y duraderos.